miércoles, marzo 23, 2005

De tirafondos, penes luminosos y otros objetos fálicos

Ayer el ferretero me regaló dos tirafondos, lo triste es que es el mejor regalo que me hace un hombre desde que otro como un caballero andante regateó con la chinita y me compró uno como el que se me había estropeado, lo utilizamos para nuestros juegos eróticos y con el calentón lo olvidamos en algún sitio, a mi me daban dos, pero la avaricia rompió el saco y me quede sin ninguno de los dos, si es que yo también soy una analfabeta emocional que mira solo a su ombligo , aunque defienda el amor cósmico y decidí por ello que sería mejor no terminar nunca Rayuela, aunque siga escuchando a The Cure, pero aun no he encontrado The cure for pain, aunque tome más morfina de la que debiera y sigo esperando todavía esa canción que nunca me escribiste...

1 comentario:

Anónimo dijo...

No cure, pero tal vez adormecerse cuando llega la primavera, pero escritos cálidos y púdicos, pero tal vez una larga estancia en el oasis, y sin tal vez, el asalto de la vida que corre por la sangre y reclama..
Si hoy es amigo, tal vez mañana no sea sordo enemigo.

Dulcedulce Grace, dame un poco de tu morfina.