viernes, julio 18, 2008
martes, julio 15, 2008
sábado, julio 12, 2008
lunes, julio 07, 2008
Princesa equivocada
Nunca me han servido los zapatos de cristal
ni he necesitado que me rescataran príncipes azules,
pero siempre he querido tener un castillo
y lanzar mi larga trenza
o besar a una rana,
sentir su áspera piel sin que cambiara su naturaleza.
Nunca me han servido los zapatos de cristal,
ni he necesitado que me rescataran príncipes azules,
pero me he adentrado en bosques
en los que más de un lobo intentó devorarme.
Nunca me han servido los zapatos de cristal,
pero reconozco que he fantaseado con príncipes azules
y siempre deseé viajar al País de Nunca Jamás.
Nunca me han servido los zapatos de cristal,
pero piso fuerte con mis botas del cuarenta y uno
que al fin han empezado a obedecerme.
ni he necesitado que me rescataran príncipes azules,
pero siempre he querido tener un castillo
y lanzar mi larga trenza
o besar a una rana,
sentir su áspera piel sin que cambiara su naturaleza.
Nunca me han servido los zapatos de cristal,
ni he necesitado que me rescataran príncipes azules,
pero me he adentrado en bosques
en los que más de un lobo intentó devorarme.
Nunca me han servido los zapatos de cristal,
pero reconozco que he fantaseado con príncipes azules
y siempre deseé viajar al País de Nunca Jamás.
Nunca me han servido los zapatos de cristal,
pero piso fuerte con mis botas del cuarenta y uno
que al fin han empezado a obedecerme.
miércoles, julio 02, 2008
España jugaba la final contra Alemania,
en el salón de mi casa
oía a la gente gritar
mientras yo veía Videodrome
y me terminaba el jachís.
Salí a respirar a la terraza,
un vecino había colgado la bandera de nuestra selección.
España ganó la final por primera vez en 44 años,
yo peleaba contra mi ansiedad crónica
y tenía mechones rosa en el pelo.
Quería llamarte y hablarte de esta angustia
que me oprime a veces,
quería decirte que me siento fuera del mundo,
que me ahogo
y que tengo mucho mucho miedo,
pero los porros y el vino, al fin, hicieron efecto
y me dormí sola
en el sofá.
No sé porqué
no he vuelto a querer hablar contigo,
ni a tener miedo,
desde entonces.
en el salón de mi casa
oía a la gente gritar
mientras yo veía Videodrome
y me terminaba el jachís.
Salí a respirar a la terraza,
un vecino había colgado la bandera de nuestra selección.
España ganó la final por primera vez en 44 años,
yo peleaba contra mi ansiedad crónica
y tenía mechones rosa en el pelo.
Quería llamarte y hablarte de esta angustia
que me oprime a veces,
quería decirte que me siento fuera del mundo,
que me ahogo
y que tengo mucho mucho miedo,
pero los porros y el vino, al fin, hicieron efecto
y me dormí sola
en el sofá.
No sé porqué
no he vuelto a querer hablar contigo,
ni a tener miedo,
desde entonces.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)