No sé que me resulta más agotador
si empeñarme en odiarte
o seguir queriéndote.
miércoles, marzo 30, 2011
Antítesis
Hoy estoy cansada,
no es un cansancio poético y existencial como el de Girondo,
ni un cansancio digno como el de un jubilado,
o infinito como el de un obrero.
No es un cansancio sabio, como el de algunas abuelas
ni luminoso como el del viajero.
Tampoco es un cansancio alegre o vibrante,
como el de las parejas que hacen el amor.
No es un cansancio atlético como el de un deportista,
ni un cansancio gris como el de los opositores,
ni siquiera es un cansancio épico, como el del guerrero.
El mío es un cansancio espeso, pegajoso
un cansancio feo y aburrido,
un cansancio prescindible,
un cansancio estúpido,
un cansancio obvio.
Un cansancio tan infantil,
que es un cansancio
que me da vergüenza.
Y es que hoy estoy cansada,
- y lo confieso muy bajito-
muy cansada
de quererte.
no es un cansancio poético y existencial como el de Girondo,
ni un cansancio digno como el de un jubilado,
o infinito como el de un obrero.
No es un cansancio sabio, como el de algunas abuelas
ni luminoso como el del viajero.
Tampoco es un cansancio alegre o vibrante,
como el de las parejas que hacen el amor.
No es un cansancio atlético como el de un deportista,
ni un cansancio gris como el de los opositores,
ni siquiera es un cansancio épico, como el del guerrero.
El mío es un cansancio espeso, pegajoso
un cansancio feo y aburrido,
un cansancio prescindible,
un cansancio estúpido,
un cansancio obvio.
Un cansancio tan infantil,
que es un cansancio
que me da vergüenza.
Y es que hoy estoy cansada,
- y lo confieso muy bajito-
muy cansada
de quererte.
Tesis
Hoy estoy cansada,
no es un cansancio poético y existencial como el de Girondo,
ni un cansancio digno como el de un jubilado,
o infinito como el de un obrero.
No es un cansancio sabio, como el de algunas abuelas
ni luminoso como el del viajero.
Tampoco es un cansancio alegre o vibrante
como el de las parejas que hacen el amor.
No es un cansancio atlético como el de un deportista,
ni un cansancio gris como el de los opositores,
ni siquiera es un cansancio épico, como el del guerrero.
El mío es un cansancio espeso, pegajoso
un cansancio feo y aburrido,
un cansancio prescindible,
un cansancio estúpido,
un cansancio obvio.
Un cansancio tan infantil,
que es un cansancio
que me da vergüenza.
Y es que hoy estoy cansada,
-y lo confieso muy bajito-
estoy
harta
de odiarte.
no es un cansancio poético y existencial como el de Girondo,
ni un cansancio digno como el de un jubilado,
o infinito como el de un obrero.
No es un cansancio sabio, como el de algunas abuelas
ni luminoso como el del viajero.
Tampoco es un cansancio alegre o vibrante
como el de las parejas que hacen el amor.
No es un cansancio atlético como el de un deportista,
ni un cansancio gris como el de los opositores,
ni siquiera es un cansancio épico, como el del guerrero.
El mío es un cansancio espeso, pegajoso
un cansancio feo y aburrido,
un cansancio prescindible,
un cansancio estúpido,
un cansancio obvio.
Un cansancio tan infantil,
que es un cansancio
que me da vergüenza.
Y es que hoy estoy cansada,
-y lo confieso muy bajito-
estoy
harta
de odiarte.
lunes, marzo 28, 2011
Super glue
Me rompo cuando atravieso ese largo y oscuro pasillo con la maleta
esperando una respuesta a mi adiós
que nunca llega.
Me rompo cuando mi gato me mira con ojos de incomprensión
y reproche
justo antes de que cierre la puerta.
Me rompo cada vez que pienso en lo incapaz que soy de derribar el muro que nos separa a mi madre y a mí.
Me rompo en la estación cuando nadie viene a recibirme,
ni a despedirme.
Me rompo un poco en el trabajo cada día,
conviviendo con gente que detesto
y repitiendo mecánicamente las mismas cosas a diario.
Me rompo constantemente,
pero ya no hay nadie para recomponerme.
esperando una respuesta a mi adiós
que nunca llega.
Me rompo cuando mi gato me mira con ojos de incomprensión
y reproche
justo antes de que cierre la puerta.
Me rompo cada vez que pienso en lo incapaz que soy de derribar el muro que nos separa a mi madre y a mí.
Me rompo en la estación cuando nadie viene a recibirme,
ni a despedirme.
Me rompo un poco en el trabajo cada día,
conviviendo con gente que detesto
y repitiendo mecánicamente las mismas cosas a diario.
Me rompo constantemente,
pero ya no hay nadie para recomponerme.
martes, marzo 22, 2011
CLICK
Necesité engullir miles de palabras y barajar algunos dígitos para escuchar ese clic. Ahora todo encaja como tras un viaje con hongos y llega la paz.
Pero no hay vuelta atrás.
Pero no hay vuelta atrás.
domingo, marzo 20, 2011
miércoles, marzo 16, 2011
Aterrizaje de emergencia
Siempre me olvido de que los aviones no vuelan, simplemente se dejan sostener por el aire...
miércoles, marzo 09, 2011
Sorpresa
Todo lo que tengo de ingenua, generosa y comprensiva, lo tengo también de implacable y gélida.
lunes, marzo 07, 2011
sábado, marzo 05, 2011
jueves, marzo 03, 2011
Desvelos
Despertarse sobresaltada varias veces a lo largo de una noche, únicamente preocupada por el examen del día siguiente y sin ningún otro tipo de angustia existencial (y pese a que el examen no haya ido especialmente bien), es realmente algo de lo que alegrarse.
miércoles, marzo 02, 2011
Apuntes del subsuelo III
Todavía recuerdo cuando iba en el metro
y toda las personas me resultaban feas,
espantosas,
porque ninguno de ellos eras tú.
Ahora, en cambio,
en el vagón,
en los pasillos,
en las escaleras mecánicas,
me encuentro con rostros más o menos anodinos,
vulgares, grises
pero siempre menos crueles y cínicos.
Todavía recuerdo, si...
y toda las personas me resultaban feas,
espantosas,
porque ninguno de ellos eras tú.
Ahora, en cambio,
en el vagón,
en los pasillos,
en las escaleras mecánicas,
me encuentro con rostros más o menos anodinos,
vulgares, grises
pero siempre menos crueles y cínicos.
Todavía recuerdo, si...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)