Las preguntas sobre el tamaño del pene son como las preguntas de la metafisica:
uno sabe que no hay respuesta, pero no puede dejar de hacérselas.
jueves, octubre 29, 2009
Mano a mano
lunes, octubre 26, 2009
Metro de Madrid informa...
Llega nuestro fin de trayecto,
es como el vértigo de caerme en el espacio que hay entre el vagón de metro y el andén,
ya no hay más estaciones en curva
y los planos
no nos sirven de nada.
Yo quería conocer todas las estaciones ,
cada una de sus bocas,
la zona B, el metro ligero,
perderme en la red de transporte público de Madrid.
Reaparecer en Sol,
centro neurálgico de nosotros mismos,
abarcar toda la ciudad, a golpe de tacón.
La realidad es otra bien distinta,
esta ciudad,
que ni cuando duerme deja de crecer,
me resulta inabarcable,
pero se me ha quedado
pequeña.
es como el vértigo de caerme en el espacio que hay entre el vagón de metro y el andén,
ya no hay más estaciones en curva
y los planos
no nos sirven de nada.
Yo quería conocer todas las estaciones ,
cada una de sus bocas,
la zona B, el metro ligero,
perderme en la red de transporte público de Madrid.
Reaparecer en Sol,
centro neurálgico de nosotros mismos,
abarcar toda la ciudad, a golpe de tacón.
La realidad es otra bien distinta,
esta ciudad,
que ni cuando duerme deja de crecer,
me resulta inabarcable,
pero se me ha quedado
pequeña.
martes, octubre 20, 2009
Hermosos y vencidos
A veces soy cruel y vanidosa y disfruto humillándote. Eso me dicen. Pero tú nunca dices nada. Y yo sigo apurando el fino y resistente hilo que nos une, esperando que algún día te rebeles y me reproches, porque eso significaría que te importo, que al menos lo he hecho alguna vez.
Sé que me ciego y sólo veo mis heridas y las relamo con placer hasta infectarlas.Y juro que busco signos en tu piel de que tú también lloraste, pero todo está igual de muerto que siempre.
Y tú apuntas en tu cuaderno todos los nombres, pero nunca dices nada.Y yo sigo dándote nombres que apuntar, esperando que un día quemes las hojas delante de mí.
Sé que me miento y no te he perdonado. Pero tú a mi tampoco. El día del Juicio final, tal vez nos encuentren como en esa novela de Cohen, Hermosos y vencidos.
Sé que me ciego y sólo veo mis heridas y las relamo con placer hasta infectarlas.Y juro que busco signos en tu piel de que tú también lloraste, pero todo está igual de muerto que siempre.
Y tú apuntas en tu cuaderno todos los nombres, pero nunca dices nada.Y yo sigo dándote nombres que apuntar, esperando que un día quemes las hojas delante de mí.
Sé que me miento y no te he perdonado. Pero tú a mi tampoco. El día del Juicio final, tal vez nos encuentren como en esa novela de Cohen, Hermosos y vencidos.
martes, octubre 13, 2009
Error de cálculo
Empleé tantas energías en resultarte imprescindible, que no comprendí que lo que tú querías era que fuese yo quien te necesitara.
sábado, octubre 10, 2009
Pos-it
Yo te conté en qué consistía el síndrome de Stendhal.
Tú me explicaste lo que significaba mesmerizar.
Con estos ingredientes, el pastel nunca va quedar bien, por mucho que modifiquemos la receta.
Me pondré un imán en la nevera para no olvidarlo.
Tú me explicaste lo que significaba mesmerizar.
Con estos ingredientes, el pastel nunca va quedar bien, por mucho que modifiquemos la receta.
Me pondré un imán en la nevera para no olvidarlo.
jueves, octubre 08, 2009
Crónica de una muerte anunciada
Nunca he sido valiente, siempre estoy tirándome faroles, viviendo de rentas. Todavía engaño a muchos, pero a mi no me puedo mentir.
Soy la enferma imaginaria, la que ha incorporado a su esencia, la nostalgia, la carencia, la melancolía y el fracaso, para no tener que construirse de nuevo. El cobarde, ya lo sabemos, es un fingidor.
Y en pleno duelo de una muerte que me ronda hace tiempo, te lloro el metro, mientras leo los poemas que escribió Carver en sus últimos días. Y trato de reunir el valor suficiente para matarte, para nacer yo.
Soy la enferma imaginaria, la que ha incorporado a su esencia, la nostalgia, la carencia, la melancolía y el fracaso, para no tener que construirse de nuevo. El cobarde, ya lo sabemos, es un fingidor.
Y en pleno duelo de una muerte que me ronda hace tiempo, te lloro el metro, mientras leo los poemas que escribió Carver en sus últimos días. Y trato de reunir el valor suficiente para matarte, para nacer yo.
domingo, octubre 04, 2009
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