miércoles, marzo 21, 2007

Tengo la memoria llena de aniversarios estúpidos
del día que nos conocimos,
la primera vez que nos acostamos,
la noche que nos peleamos,
nuestra última noche juntos.

Tengo la memoria llena de ti,
de tus miradas de seductor,
de niño abandonado,
de megalómano.

Tengo la memoria llena de finales alternativos
y de las palabras que fui incapaz de decirte
aquella última noche.

Como el disco duro de un ordenador
sin espacio para información nueva.

Mi memoria tan llena
y mis manos tan vacías.