viernes, agosto 05, 2005
El conejo blanco, talismán de talismanes
Ahora que no está la sombrerera me cuesta encontrar interlocutor para mis más surrealistas conversaciones que me llevan a alcanzar la lucidez máxima, pero consigo acercarme a ella cuando le escribo cartas mentalmente, así comprendí que el conejo blanco había sido una especie de amuleto que me había ayudado a perder el miedo, a liberarme y a reconciliarme con el género masculino, aunque todavía siga usando viejos mecanismos fallidos y repitiendo los mismos esquemas, como hoy que volví a desaparecer discreta y silenciosamente por no ser motivo de discordia y recordé haberlo hecho ya tantas veces, pero en esta hubo algo distinto de las demás...
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2 comentarios:
La sombrerera esta buscando su sitio en el pais de la suerte. La liebre de marzo vuelve a casa el fin de semana. Y tiene muchas ganas de ver a Alicia...
Tu voz tan cerca tan cerca tan cerca que me hace reir a carcajadas. Es tambien mi talisman secreto.
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