martes, abril 05, 2005

I heard it through the grapevine

Yo no soy Alberto Caeiro, ni Leopoldo María Panero ni esto es la canción del croupier del Mississipi, ni siquiera soy la mujer que casi conoce a Michi Panero, pero también me acuesto estirada en la hierba y cierro los ojos calientes y veo la ciudad ante mis pies y las vías de tren herrumbrosas con su entramado de cables y escucho a la Creedence y siento que nadie más oye I heard it through the grapevine mientras cruzo el puente y el viento me da en la cara y ese momento es sólo mío, pero no importa porque sé la verdad y soy feliz y esta sensación desaparece por unas horas en las que solo oigo tronar trompetas y gritos de niños salvajes y pienso que el mundo es un sinsentido y lo veo, como Bernardo Soares francamente desasosegante, pero al salir de la caverna otra vez se me despejan los oídos y aunque era casi media noche, el Sol brillaba fuera de la caverna y olía a mar y a acuarela...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buaah, nos has borrado los comments