viernes, junio 08, 2012

Encuentros (en alguna fase)

Creía que le gustaba porque siempre que me veía, me daba un gran abrazo y decía: "Hola, guapa"
Un día descubrí que lo hacía porque no se sabía mi nombre.

3 comentarios:

Eva y la manzana dijo...

El despejado cielo nocturno no siempre anuncia el Sol del día siguiente. A menudo anuncia la niebla y el frío. Hay despertares necesarios: los resfriados y los corazones rotos pueden ser curados.
Un beso

Fernanda Sandoval dijo...

Me sacaste una sonrisa triste. Muchas gracias por ello. ¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

No sé tu nombre, no he visto tu cara; no sé cómo es tu mapa físico ni tu geografía espiritual. Puedo imaginar cosas, tus palabras me pueden suscitar imágenes -pero ahí estaría implicada mi necesidad y eso distorsionaría "la verdad"-. Sin embargo, eres como un claro en el bosque aunque no te conozca.
A tus pies, como húmedo barro cuyo frescor te haga revivir en la noche...