jueves, junio 23, 2011

Punto muerto

Ultimamente me limito a habitar una espera.
Espero el fin de mi contrato en el nido de víboras,
espero a que mi compañero de piso se vaya de vacaciones
para campar a mis anchas por la casa.
Cuento los días que me quedan para el GRAN VIAJE.
Espero a que se me pasen estas ganas de llorar perpetuas
a dejar de quererte,
a volver a ser la que era.

Lo grave de todo
es que, a veces,
aún espero que me llames
que quieras verme
y aún peor,
que te des cuenta de lo imbécil que has sido.

4 comentarios:

Eva y la manzana dijo...

En algún momento te darás cuenta que esa espera ha acabado, que ya no lo necesitas.
Llegará un momento en que vuelvas a ser lo que eras, porque eres fuerte.
Y te preguntarás por qué lo esperas, y no encontrarás respuesta.
Un beso y ánimo!

Helenaconh dijo...

lo de las esperas -inútiles- es que es el jodido cuento de nunca acabar. Sabemos mucho de eso nosotras.

begusa dijo...

yo ya he asumido que no volveré nunca a ser la pre-begusa...
y no me importa...
hasta ahí bien...
pero, a veces, sigo mirando el teléfono como si mis ojos tuvieran un poder especial y fueran a conseguir que llamaras... que dieras ese toque que lo arreglaría todo...

Anónimo dijo...

¿El Gran Viaje? Ese se comenzó el día que nos lanzaron a la oscuridad con la irónica frase de "darnos a luz". Ese viaje lo está usted padeciendo (o gozando, según el grado de masoquismo) y lo sufrirá hasta el fin de la noche. Pero soy optimista: quizá estamos viendo todos la última parada.

Como buen fetichista, lamo sus pies.