Me rompo cuando atravieso ese largo y oscuro pasillo con la maleta
esperando una respuesta a mi adiós
que nunca llega.
Me rompo cuando mi gato me mira con ojos de incomprensión
y reproche
justo antes de que cierre la puerta.
Me rompo cada vez que pienso en lo incapaz que soy de derribar el muro que nos separa a mi madre y a mí.
Me rompo en la estación cuando nadie viene a recibirme,
ni a despedirme.
Me rompo un poco en el trabajo cada día,
conviviendo con gente que detesto
y repitiendo mecánicamente las mismas cosas a diario.
Me rompo constantemente,
pero ya no hay nadie para recomponerme.
8 comentarios:
Sólo hay que encontrar el pegamento adecuado: babas de lagartija, ámbar gris, miel de las abejas del caúcaso, resina de baobab...
Ah, y no te olvides rechazar los tragos de zumo de cerezas amargas
Romperse es otra manera de reconvertirse...
como se diche mucho en Segovia: tú puedes con eso y con menos..."
me ha encantado!
SUPER GLUE ME!
... puedes volver a empezar mañana...
pase lo que pase
pase lo que pase
pase lo que pase
sabes, esto parece yo hace un año, y ahora...las algas crujen.
y el texto me gusta mucho
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