domingo, mayo 22, 2005

El cobarde es un fingidor

Después de viajar sin guía por los infiernos, comprendí que los míos también son de diseño y que no sólo el poeta es un fingidor, el cobarde también lo es y yo, igual que en un escenario, finjo mi dolor cobarde, mi drama me es necesario para escapar del verdadero dolor, porque yo siempre he pasado de puntillas sobre el dolor, no lo menciono, ni siquiera pienso en él y me creo dolores falsos, artificiosos y sufro mi verdadero dolor a través de ellos, porque la realidad es que la vida es una úlcera sangrante, cruel deseperanzadora, como un gato muerto en medio de la carretera...

3 comentarios:

5181553 dijo...

magnifique, mademoiselle!
quién no necesita dolores fingidos para poder vivir los reales? quién no necesita algo en que apoyarse? quien no necesita Langreo para deprimirse a gusto?
"el cobarde es un fingidor", me lo voy a tatuar justo debajo de la axila, en el inicio del pecho, para verlo sólo cuando me depile o me amen.

Anónimo dijo...

Hay que vivir el dolor, en el gato muerto también hay grandeza. Y deshacerse de sentimientos mimetizados, romperse un poco cada día; sólo es libre el hombre sin identidad, pues no ha de ser idéntico a nadie, ni a sí mismo.

*Momento zen-digest off*

cen dijo...

No hay que frivolizar con el dolor, pero es cierto eso de que a veces hacen falta dolores falsos, para camuflar el verdadero dolor.