martes, agosto 10, 2010

Filosofía de tocador

Tras años buscando en los clásicos y los postmodernos una respuesta, descubro que todo se reduce a dos axiomas muy simples:
El mundo no se divide en buenos y malos, sino en débiles o fuertes. Y, en el mismo orden de cosas, no todos los árboles dan frutos.

9 comentarios:

Helenaconh dijo...

pues no, no todos san fruto. Quizá se trate de eso y acabes de desvelarme el misterio

dEsoRdeN dijo...

Pero al final, buenos, malos, fuertes, débiles, árboles con fruto y sin él... todos acaban igual

Bellota dijo...

Totalmente de acuerdo. Lo malo es que los débiles casi siempre salen ganando. No hay nada como dar pena, y además, hay gente que prefiere rodearse de débiles, para sentirse seguro. Peor para ellos.

peter dijo...

los buenos suelen ser débiles y los malos fuertes.

begusa dijo...

ni todos los frutos caen siempre de los árboles.... no crees?...mmm... (por cierto, para mí el mundo se divide entre felices e infelices... aunque igual este reparto se parece bastante al tuyo...)

guitarboy dijo...

... los personajes fuertes trazan los grandes planes.. los débiles modifican el curso de esos planes generalmente sin pensar en la importancia de la información que tienen entre manos quizás por una falta de perspectiva.. el tema de los frutos lo estoy madurando..

Libertad Kaiser dijo...

En otro orden de cosas, fia, hazme falta una gorrina para de ir a tomar el sol :P

guille dijo...

No de todos sacamos todos lo mismo.

Sorprendentemente, lo que a nosotros nos parece superfluo a otros les fascina.

Anónimo dijo...

Pero Nietzsche siempre seguirá vivo, siempre que no corramos el riesgo de convertirlo en Dios, sino en hermano.

Desde la selva,

Ans.