Tras años buscando en los clásicos y los postmodernos una respuesta, descubro que todo se reduce a dos axiomas muy simples:
El mundo no se divide en buenos y malos, sino en débiles o fuertes. Y, en el mismo orden de cosas, no todos los árboles dan frutos.
9 comentarios:
pues no, no todos san fruto. Quizá se trate de eso y acabes de desvelarme el misterio
Pero al final, buenos, malos, fuertes, débiles, árboles con fruto y sin él... todos acaban igual
Totalmente de acuerdo. Lo malo es que los débiles casi siempre salen ganando. No hay nada como dar pena, y además, hay gente que prefiere rodearse de débiles, para sentirse seguro. Peor para ellos.
los buenos suelen ser débiles y los malos fuertes.
ni todos los frutos caen siempre de los árboles.... no crees?...mmm... (por cierto, para mí el mundo se divide entre felices e infelices... aunque igual este reparto se parece bastante al tuyo...)
... los personajes fuertes trazan los grandes planes.. los débiles modifican el curso de esos planes generalmente sin pensar en la importancia de la información que tienen entre manos quizás por una falta de perspectiva.. el tema de los frutos lo estoy madurando..
En otro orden de cosas, fia, hazme falta una gorrina para de ir a tomar el sol :P
No de todos sacamos todos lo mismo.
Sorprendentemente, lo que a nosotros nos parece superfluo a otros les fascina.
Pero Nietzsche siempre seguirá vivo, siempre que no corramos el riesgo de convertirlo en Dios, sino en hermano.
Desde la selva,
Ans.
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