sábado, marzo 27, 2010

Teorías

El día en que llegué por primera vez a la consulta de la que sería mi psicoanalista durante más de un año, traté de contarle atropelladamente todos mis traumas en cinco minutos. Recuerdo que sólo me interrumpió una vez, cuando hablé de la ausencia de padre a lo largo de toda mi vida y me preguntó si le echaba de menos. Yo contesté, muy segura, que no se podía echar de menos algo que nunca habías tenido.

No sé porqué ahora pienso mucho en ello. Y creo que, aunque la lógica apunte lo contrario, estaba equivocada y sí que se puede echar de menos algo que nunca has tenido. Como si el subconsciente colectivo tuviera tanta fuerza que te grabara un árbol genealógico ideal en las estructuras de tu mente. Así, aunque te criaras en la naturaleza, como el pequeño salvaje despojado de todo, algo en ti echaría en falta una serie de cosas, que sí son inherentes a nosotros.

Supongo que esto se carga la teoría de que todo nos es contingente.

2 comentarios:

samsa dijo...

no se echa de menos lo que menos se tiene, sino lo que más nos gustaría tener...

begusa dijo...

hay cosas que son sin ser o tener oportunidades sin siquiera existir... (y el ser humano (cogiéndome como modelo a mí misma, por ejemplo) nunca dejará de sorprenderme)