jueves, noviembre 03, 2011

DOGMAS DE FE

Desde pequeña
mi madre me decía que nunca sería tan inteligente como ella
o como mi padre.
También me repetía muy a menudo,
que no soñara con ser tan guapa y llamativa como ella.
Y cuando hacía algo que le disgustaba
siempre decía que yo tenía una tara,
como mi padre.

Lo hacía casi con la misma frecuencia,
que cuando me abrazaba
y me decía que las demás personas
no eran tan afortunadas
por tener una madre que les quisiera
tanto como ella me quería a mí.

Y yo siempre me lo he creído.

1 comentario:

Eva y la manzana dijo...

Quizás sea éste el mejor momento para enfrentarte a tus demonios.
¡Buena suerte!