Como buena Tauro que soy mi punto débil siempre ha sido la garganta y tengo una gran propensión a la afonía. A veces no es más que un poco de frío o los excesos de la noche. Incluso alergia o algún virus. Otras veces me quedo sin voz de tanto gritar: bien de desesperación, bien de júbilo, bien de placer.
En algún momento mi voz se ha extinguido después de hablar durante horas. O antes de un recital o alguna presentación por puro pánico escénico.
Pero a veces, creo que son las cosas que no me atrevo a decir las que oprimen mi glotis y no permiten que mis cuerdas vocales liberen ni un sólo sonido. Un castigo a mi cobardía.
Y entonces reina el silencio y resulta casi imposible romperlo.
7 comentarios:
¿entonces es cuando escribimos?
avisa la próxima vez que hagas un recital, me apetece disfrutar de esa voz que a veces callas...
me ha gustado mucho
A mi me pasaba lo mismo, pero se me oprimía la boca del estómago (náuseas) y no la garganta (afonía). Ahora lo suelto todo, ya me da igual. Quien de verdad te quiera, sabrá entender. El que se vaya es que no merecía la pena.
pues yo debo ser un mal Tauro, entonces... ;)
prueba a cantar... a lo mejor es más fácil romper la cobardía...
A veces callar cosas también es bueno... Aunque es verdad que es entonces cuando más necesidad de escribir se siente.
Saludos!
también soy tauro. Te entiendo.
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