domingo, noviembre 07, 2010

Buena

No soy una buena hija,
ni buena estudiante,
ni buena novia.
Empiezo a pensar que tampoco soy buena amante.

No soy buena cocinera,
ni buena escritora,
ni una buena compañera de piso.

Parece ser que tampoco soy buena amiga,
ni buena empleada,
ni buena jefa.

Nunca he sido ni buena modelo, ni buena fotógrafa.
Ni amante, ni amada.

No puedo evitar preguntarme qué cojones hago bien en esta vida.

9 comentarios:

dEsoRdeN dijo...

...o a lo mejor el problema son los demás

Aine dijo...

Nunca es suficiente, la vida es un reto constante contigo misma, sino vaya aburrimiento.

Eva y la manzana dijo...

Yo siempre he dicho a la gente que me dice que hago cosas mal, que me enseñen a hacerlo bien o que al menos, si pueden hacerlo mejor, que lo hagan ellos. Es muy fácil tirar la piedra y esconder la mano.
Si hay algo que le puedas enseñar, enséñele. Si hay algo que pueda ser mejor, demuéstralo.
Lo importante es no dejar de intentarlo.
Un beso!

samsa dijo...

aunque me gusta el poema, no me creo nada de lo que dice...

Bellota dijo...

Sólo te conozco por tu blog. Y te puedo asegurar que eso te sale muy bien.

Anónimo dijo...

A lo mejor la cuestión no es "ser", sino "estar". Estar bueno, el estado de bondad es quizás más valioso que el "ser". La metafísica occidental encumbró un "ser" que ya no tiene mucho sentido (¡qué digo!: carece totalmente de sentido). Así pues, ¿a cuento de qué hacer materia del discurso el ser bueno en esto o aquello... o ni siquiera ser? Baste estar: estar bueno, estar de hijo, estar de amante, estar de alumno, estar de cocinero... ¡E incluso estar de más! (O estar de menos: esto para los más exigentes). Así pues, más allá de toda consecuencia, lo mejor es estar. ¿Dónde? Allí donde haya un lugar.
Afectuosamente de nadie,

Ans

Juan dijo...

Con lo buena que estas....

Anónimo dijo...

Hay que ver qué sarta de mentiras.

La lista sería interminable, pero quedándonos en la superficie de cosas que puede hacer Grace como nadie...

. Darle conversación entretenida a una ancianita que no habla
. No poder evitar reconocer sus errores
. Reírse de sí misma
. Servir ensalada elegantemente con una sola mano
. Acordarse de los pesares de los demás cuando su copa de dolores está rebosando
. Coser botones de colores en blusas chinas
. Agradecer desaforadamente pequeñas cosas
. Hablar mucho y ser discreta
. Cortejar humildemente animales bonitos
. Desesperarse toda hasta la última lágrima

Y acabar siempre echándole a la vida la valentía que requiere.

He dicho. Pero he callado mucho más.

Grace en el País de Las Maravillas dijo...

Dice una generosa anónima yo soy muy agradecida. Así que romperé mi tímido silencio para daros las gracias a todos, especialmente a la susodicha, que me ha hecho derramar unas cuantas lágrimas, cosa bastante habitual en estos días, sino fuera porque han sido de emoción y alegría :)