En el metro de Madrid puedes viajar junto a Charles Bukowski, alguien extrañamente parecido a tu primer amor y una chica que devora con dedicación La Casa de Bernarda Alba.
En el metro de Madrid no existe el tiempo, aunque todo el mundo tenga prisa por volver a esas vidas sin corazón.
En el metro de Madrid no hay cobertura, por eso la gente nunca sonríe.
En el metro de Madrid nuestras almas lloran y nadie reza por nosostros...
6 comentarios:
Nadie nos juzga... y qué ganas de volver a casa.
yo solo se que sudo en el metro y que prefiero el bus.
La primera vez que cogí el metro de Madrid fue la primera vez que cogí el metro.
Me lo esperaba sucio y antagónico. Hubiese estado con la guardia alta de haber sido así. Pero me cogió desprevenido que tres violinistas estuviesen tocando la melodía de "El Padrino".
Tantas hormigas que deambulan por mis dedos, Grace.
Yo siempre rezo por nosotros
el metro de madrid te lleva al lejano mundo de malasaña, donde nada es lo que parece y las alicias rubias tienen un sitio esperándolas...
es que no se puede ir en Metro haciendo sonrisitas...eso traería graves consecuencias que podrían desencadenar el fin de la raza humana
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